¿Puede El Ejercicio Físico Disminuir El Riesgo De Caídas En Personas Mayores?

Publicado el enero 27, 2022 por

Práctica clínica

¿Qué son las caídas y que implican?

Las caídas se definen como una serie de acontecimientos que conducen a una persona a detenerse inadvertidamente en el suelo, en el piso u otro nivel inferior (1). Estas afectan al menos a un tercio de las personas mayores de 65 años que residen en la comunidad, conllevando una serie de consecuencias y complicaciones que pueden incluso conducir a la muerte. Dichas complicaciones pueden ser tanto de naturaleza física, como heridas, fracturas, hematomas, como de naturaleza psicológica, instaurando el miedo en el anciano que sufre dicho acontecimiento. Las caídas podrían conducir a las personas ancianas a la limitación del desempeño físico, de las actividades de la vida diaria, así como su interacción social. A raíz de todas estas consecuencias, las caídas han sido objeto de interés de numerosas producciones científicas, buscando una solución a este problema que repercute no solamente en los niveles de salud de los ancianos, sino que también en los gastos sociosanitarios de la sociedad.

 

Identificando tratamiento: ¿qué dice la evidencia?

Teniendo en cuenta la importancia de las caídas y de todas las posibles consecuencias relacionadas las mismas, una primera estrategia es actuar a nivel preventivo y de esta forma, disminuir la incidencia de estos acontecimientos y reducir los gastos que estas conllevan. Las actuaciones más frecuentes a nivel preventivo están relacionadas con modificaciones y adaptaciones del entorno en el que viven los ancianos, la educación de los ancianos y de sus cuidadores, la revisión de la prescripción de los medicamentos y de los hábitos nutricionales, la mejora de las habilidades motoras y la fomentación del ejercicio físico (2,3). 

 

El ejercicio físico y sus efectos

El ejercicio físico, objeto de numerosos estudios en los últimos años por los beneficios observados a nivel multisistémico, se indica como una de las principales intervenciones a llevar a cabo para la prevención de las caídas. El proceso del envejecimiento fisiológico implica el deterioro de diversas funciones, como la disminución de la fuerza muscular, de la cantidad de masa muscular, de la coordinación y del equilibrio. El ejercicio físico, en sus diferentes modalidades, actúa de manera directa en la cantidad y calidad del tejido muscular, así como en el equilibrio, tanto en personas sanas como en sujetos con patologías, resultando una herramienta de particular interés por su relación costo-beneficio (4).

A este propósito, en el año 2019 Sherrington y colaboradores llevaron a cabo una revisión Cochrane (5), en la que se analizaron los efectos del ejercicio para la prevención de caídas en los ancianos. En este trabajo de revisión se observó que el ejercicio de todo tipo disminuyó la tasa de caídas de un 23% (655 vs 850/1000) comparado frente un grupo control cuya intervención fue actividad habitual. Además, resultó en una disminución del 15% en aquellos que experimentaron al menos una caída previa (calidad de evidencia alta) . Los ejercicios de equilibrio y funcionales resultaron eficaces para disminuir la tasa de caídas y el número de personas que experimentaron al menos una caída, respectivamente del 24 y del 13%. 

Por otro lado, no se observó evidencia de suficiente calidad para recomendar el ejercicio de fuerza para incidir en el número de caídas. Aunque no se observaron mejorías claras derivadas de la aplicación de la intervención, sigue constituyendo una herramienta muy potente en el abordaje de las personas mayores. Numerosos estudios han observado sus beneficios en el tratamiento de las consecuencias del envejecimiento fisiológico que puedan de alguna manera relacionarse con las caídas, como la pérdida progresiva de masa muscular, de la función física, de la potencia o fuerza muscular. Los resultados observados indican que probablemente no se trate de una herramienta a emplear de manera aislada para incidir en el riesgo de caídas, sin embargo, su papel podría ser relevante dentro de una planificación de ejercicios multimodal. 

Asimismo, una intervención basada en el Tai Chi resultó en una disminución del 20% del número de personas que experimentaron al menos una caída frente a una intervención basada en cuidados habituales. Además, se observó una reducción del número de caídas/año del 19%, aunque la evidencia encontrada no fue lo suficientemente fuerte como para recomendar con absoluta certeza esta intervención.

Al igual que en el caso anterior, se observaron efectos positivos de baja a muy baja certeza derivados de una intervención basada en la danza en cuanto a número de caídas, número de personas que experimentaron al menos una caída y efectos adversos, así como de una intervención basada en el ejercicio físico en general.

Finalmente, existe evidencia de moderada certeza para la recomendación de una intervención basada en el ejercicio multimodal (ejercicios funcionales, ejercicios de fuerza, equilibrio, actividad física, etc.) para incidir o reducir el número de caídas.

 

En conclusión:

En la revisión analizada, el ejercicio físico demostró ser una herramienta eficaz para reducir el número de caídas experimentadas por las personas mayores de 65 años. Los resultados encontrados sugieren que el programa de ejercicios debería ser multimodal, basado en ejercicios de equilibrio, ejercicios funcionales, de fuerza, para obtener el máximo efecto de este tipo de intervención. Sin embargo, es importante que los protocolos basados en el ejercicio físico estén adecuadamente planificados, que la carga empleada se ajuste a las necesidades y a las posibilidades de los pacientes que reciben la intervención, y que se trate de protocolos individualizados, ajustándose a los requerimientos, necesidades y posibilidades de cada paciente. 

 

Autor: Alessio Montemurro – Universidad Católica San Antonio de Murcia

Referencias: 

  1. Buchner DM, Hornbrook MC, Kutner NG, Tinetti ME, Ory MG, Mulrow CD, et al. Development of the common data base for the FICSIT trials. J Am Geriatr Soc. marzo de 1993;41(3):297-308. 
  2. Pasquetti P, Apicella L, Mangone G. Pathogenesis and treatment of falls in elderly. Clin Cases Miner Bone Metab. 2014;11(3):222-5. 
  3. Al-Aama T. Falls in the elderly. Can Fam Physician. julio de 2011;57(7):771-6. 
  4. Hellénius M-L, Sundberg CJ. Physical activity as medicine: time to translate evidence into clinical practice. Br J Sports Med. 1 de marzo de 2011;45(3):158-158. 
  5. Sherrington C, Fairhall NJ, Wallbank GK, Tiedemann A, Michaleff ZA, Howard K, et al. Exercise for preventing falls in older people living in the community. Cochrane Database Syst Rev [Internet]. 2019 [citado 18 de mayo de 2021];(1). Disponible en: https://www.cochranelibrary.com/cdsr/doi/10.1002/14651858.CD012424.pub2/full/es

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