Las revisiones rápidas son síntesis de evidencia similares a las revisiones sistemáticas, pero utilizan atajos en su metodología para ahorrar recursos (humanos y/o económicos). Además, requieren menos tiempo que una revisión sistemática -en promedio- para completarse, por lo que son utilizadas por elaboradores de políticas públicas, tomadores de decisiones e incluso clínicos.
Al utilizarlas es importante analizar su metodología para reconocer los atajos y los posibles sesgos derivados de ellos, aunque aún no están claras las consecuencias que pueden tener en la confiabilidad de las conclusiones. No obstante, existen estudios que muestran que las conclusiones de una revisión rápida suelen coincidir con las conclusiones de una revisión sistemática.
Actualmente se pueden realizar revisiones sistemáticas “de manera rápida”, esta es una de las críticas a las revisiones rápidas, junto con la falta de estandarización tanto en la metodología, como en las herramientas para su evaluación.
En este blog se profundizará en los conceptos, su comparación con las revisiones sistemáticas y situaciones concretas donde son útiles las revisiones rápidas.